
Instalar un ascensor a cota cero en Asturias supone una mejora significativa para cualquier comunidad de vecinos: garantiza accesibilidad inmediata, elimina escalones que suponen barreras arquitectónicas y aporta un plus de confort y valor al edificio. En Grupo Garmat, empresa especializada en soluciones de elevación, explican las ventajas técnicas y sociales de este tipo de instalación, además de ofrecer asesoramiento experto para llevar a cabo el proyecto de forma segura y conforme a normativa. Convertir la planta baja en un acceso nivelado hace que subir o bajar del ascensor deje de ser un reto para parte de los vecinos y se convierta en una experiencia cómoda e inclusiva.
Este tipo de instalación, aplicada en comunidades de toda Asturias —ya sean edificios históricos de Oviedo, bloques de viviendas en Gijón o pequeñas promociones en Avilés—, representa un paso muy importante hacia la accesibilidad edificios y la eliminación de barreras arquitectónicas. No solo resuelve problemas físicos, sino que también mejora la vida de los residentes, facilita la vida diaria y contribuye a valorizar el inmueble.
Por qué el ascensor a cota cero incrementa la accesibilidad
El concepto de ascensor a cota cero se basa en eliminar las escaleras o rampas que separan la puerta del portal de la cabina. Esto significa que, en la planta baja, se puede entrar y salir del ascensor sin realizar ningún paso adicional, lo que facilita el acceso inmediato. Esta característica tiene un impacto directo en la integración de personas con movilidad reducida, familias con carrito de bebé, personas mayores o usuarios con sillas de ruedas.
Al eliminar estas barreras arquitectónicas, el ascensor a cota cero amplía sus funciones más allá de ser un medio de transporte vertical: se convierte en una infraestructura inclusiva, que aporta igualdad y comodidad a todos los residentes. En Grupo Garmat, se ofrece un análisis previo para valorar la viabilidad técnica, así como distintas soluciones de mejora que se adaptan al espacio existente sin necesidad de remodelar el edificio por completo.
Comodidad y seguridad para todos los vecinos
Subir o bajar del ascensor sin bordes, escalones o subidas deja de ser una preocupación. Esto reduce el riesgo de tropiezos, caídas o resbalones, que a menudo se producen cuando la comunidad necesita sortear peldaños o rebajes. Al minimizar esos puntos de fricción, se mejora la seguridad en la vida diaria, especialmente para personas con baja visión, con dificultades motrices o que llevan cargas pesadas.
También es un plus para cualquier visitante o trabajador que entre por primera vez en el edificio: la accesibilidad universal genera una sensación de bienvenida, normalidad y cuidado. Un ascensor a cota cero representa esa atención al detalle que transforma la experiencia de acceso en algo fluido y seguro.
Revalorización del edificio como inversión inteligente
Transformar un acceso comunitario para hacerlo completamente accesible desde la calle supone un aumento de valor real en el mercado inmobiliario. Los inmuebles con accesibilidad implantada se valoran mejor y suelen facilitar la venta o el alquiler, sobre todo a perfiles que incluyen mayor edad, familias o personas con movilidad reducida.
Además, muchas personas planifican mudanzas pensando en condiciones futuras de confort y movilidad, por lo que edificios con ascensor a cota cero se perciben como una inversión segura y moderna. Además, la mejora aporta beneficios fiscales y puede mejorar la calificación energética, según el tipo de instalación.
Integración con otros sistemas para eliminar barreras
Un ascensor a cota cero no solo resuelve el acceso en la planta baja, sino que puede integrarse con otras soluciones de eliminación de barreras arquitectónicas, como rampas suaves, barandillas continuas, pasamanos y superficies antideslizantes. Grupo Garmat, en su labor de asesoría, crea proyectos integrales que contemplen todo el entorno del portal, mejorando la circulación y garantizando compatibilidad con ayudas o subvenciones oficiales.
Las comunidades que adoptan estos proyectos fomentan un entorno más seguro e inclusivo, donde menores o personas mayores pueden moverse sin asistencia, sin temor a tropezar, y con independencia funcional garantizada.
Proyecto técnico bien planificado y con garantía
La instalación de un ascensor a cota cero requiere un proyecto técnico premeditado, donde se definen los encuentros, la adecuación de la estructura y los materiales de cierre. Grupo Garmat ofrece un servicio completo con la realización de estudio previo, cálculos estructurales, trámites de licencia y coordinación con la empresa instaladora. La obra se realiza con materiales certificados y sistemas seguros, cumpliendo la normativa de seguridad y accesibilidad vigente.
Además, estos sistemas cuentan con mantenimiento adaptado y revisiones periódicas, lo que asegura su correcto funcionamiento y prolonga su vida útil.
Impacto social y bienestar comunitario
Más allá de los beneficios prácticos, el ascensor a cota cero tiene un impacto social real: rompe la separación entre plantas, mejora la convivencia y facilita la estancia de visitantes. Al facilitar el acceso a usuarios con necesidades especiales, se promueve una convivencia más igualitaria, reduciendo la dependencia de escalas o ayudas externas.
Las personas mayores, por ejemplo, recuperan autonomía, y las familias reducen la carga de subir carritos o compras. Es un ejemplo de acción comunitaria que mejora la calidad de vida directamente y que fomenta una vivienda más amable, proyectada con perspectiva inclusiva.