Rehabilitación de fachadas ventiladas y SATE

Especialistas en rehabilitación de edificios

Especialistas en fachadas ventiladas y SATE

La fachada Ventilada es un sistema constructivo que se ha ido consolidando con gran aceptación, sobre todo por su elevada calidad, posibilidades estéticas y por sus indiscutibles ventajas de aislamiento térmico y acústico. 

La fachada SATE nació como un recurso de rehabilitación de fachadas aportando ahorro energético y actualmente se aplica también en obra nueva por sus demostradas ventajas y tiene su origen en Centroeuropa en torno a 1950 para protegerse del frío y como ahorro energético en arquitectura, empleándose actualmente en todo el mundo, también en zonas secas como Dubái, para protección ante el calor.

¿Fachadas ventiladas o SATE?

La fachada SATE Básicamente se trata de un revestimiento aislante de múltiples capas y que se encuentra protegido por un mortero. Entre las ventajas del Sistema SATE hay que destacar que se eliminan los puentes térmicos, la condensación interior y la formación de moho, que no trastoca ni minimiza el espacio interior de las viviendas o que se protege la estructura del inmueble.

Por otro lado las fachadas ventiladas también aíslan muy bien y son otra gran alternativa a tener en cuenta. Se trata de la fijación de una capa de aislamiento con estructura metálica. La hoja de protección extra con la que cuenta este sistema da como resultado la creación de una circulación del aire por convección. Con la fachada ventilada también se eliminan los puentes térmicos, se protege a la fachada del edificio y a su estructura, se eliminan los problemas de condensación y se deja sin tocar el espacio interior de las casas.

A continuación vamos a ver en profundidad ambos sistemas

Fachadas ventiladas todo lo que hay que saber

¿Qué son las fachadas ventiladas?

La fachada ventilada es un sistema constructivo de cerramiento exterior constituido por una hoja interior, una capa aislante, y una hoja exterior no estanca. Son duraderas, de gran calidad y con excelentes prestaciones térmicas. Sobre la fachada del edificio (hoja interior) se ancla una subestructura metálica destinada a soportar la hoja exterior de acabado, así como una capa de aislamiento, mediante espigas plásticas o mortero adhesivo.

Primero se monta la capa aislante, y después la hoja. La subestructura deja una cámara de aire de unos pocos centímetros entre el aislamiento y las placas que conforman la segunda piel. Tiene juntas abiertas entre sí permitiendo un flujo de aire constante. Las placas exteriores pueden ser de diversos materiales: piedra, madera, paneles sándwich, pizarra,1 etc. La piel exterior o de acabado debe disponer de ranuras tanto en la parte inferior como en la superior, para permitir la renovación de aire.

En algunos lugares como la línea de cumbrera o el perímetro de las ventanas, hay que poner vierteaguas y otras protecciones para que no entre agua en la cámara interna, ya que esto reduce el sistema de aislamiento. La existencia de juntas entre las piezas de fachada evita los problemas típicos de la dilatación, por lo que son fachadas que presentan un buen aspecto durante mucho tiempo.

La hoja de fuera evita cambios bruscos de temperatura en la capa impermeable y el aislante. Además, el hecho de tener la hoja exterior reduce las probabilidades de perder calor y aumenta la vida útil de la fachada ventilada, y en los meses más calurosos se calienta provocando un efecto convectivo que hace circular el aire en el interior de la cámara. Este “efecto chimenea” saca el aire caliente y lo renueva con aire más frío. En los meses de invierno el aire en la cámara se calienta, pero no lo suficiente como para crear el mismo efecto y se conserva mejor el calor.

Tipos de fachadas ventiladas

Si tuviéramos que hablar de una clasificación de los tipos de fachadas ventiladas podemos diferenciarlas por el tipo de material empleado, por las zonas dentro de una misma fachada, por las texturas, por los sistemas, etc.

Cada empresa cuenta con sus propias categorías, aunque en términos generales y a modo de guía básica podríamos hablar de: Material utilizado • Fachadas de cerámica: pueden ser de varios tipos, terracota y gres porcelánico, este último es mucho más resistente.

  • • Fachadas de piedra: mármol, pizarra, granito…
  • • Fachadas de porcelanosa
  • • Fachadas metálicas: aluminio pulido, zinc…
  • • Fachada materiales compuesto: son polímeros, plásticos, maderas…
  • • Fachadas cristal
  • • Fachadas madera Acabado de la cerámica:
  • • Colores masa o natural: toda la pieza está realizada con el mismo color, no tiene ninguna capa de esmalte en superficie.
  • • Colores esmaltados: se aplica esmalte antes de cocción, este esmalte puede ser mate, brillo o con efectos especiales.
  • • Inkject: a través de tecnología de impresión digital se aplican diseños múltiples imitación a piedra, madera…
  • • Acabado liso
  • • Acabados con textura: se crean relieves y salientes a las piezas, para dar más juego en los diseños.
  • • Con anclaje de fijación química.
  • • Con anclaje de fijación mecánica.
  • • Con anclaje de fijación sobre guías.
  • • Con anclase sobre estructura de aluminio.

Fachadas SATE todo lo que hay que saber

¿Qué son las fachadas SATE?

SATE son las siglas de Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior. Se utiliza, principalmente, para potenciar el aislamiento térmico y acústico de una fachada por el exterior. Hoy en día, ofrece grandes ventajas en distintos aspectos fundamentales, como el ahorro energético, medioambiental y la creación de una atmósfera de confort en el interior.

¿Cómo funcionan las fachadas SAte?

  • El sistema SATE consiste en la instalación de un material aislante adherido al muro. Su colocación evita, entre otras cosas, la creación de puentes térmicos en el inmueble.

  • Solo con este hecho ya es posible mejorar el comportamiento térmico de un edificio y, como consecuencia de este hecho, su habitabilidad y confort. Además, en nuestra trayectoria en la instalación de Sistemas de Aislamiento Térmico por el Exterior, también hemos comprobado que aislar cualquier edificación repercute de manera positiva en el ahorro económico y energético del mismo. No en vano, se minimizarán las pérdidas de energía a través de la fachada.

VENTaJAS de las fachadas Sate

  • Este sistema de aislamiento reduce el riesgo de condensación, ya que tiene una alta transpirabilidad. Con esto conseguimos reducir el gradiente de temperatura en el interior de la fachada y se evita esta condensación, reduciendo tensión en el cerramiento.

    Otra ventaja de las fachadas SATE, una importante, es que gracias a la amortiguación obtenida del choque térmico se reduce la tensión en el cerramiento.

    No sobrecarga las estructuras: Al contrario de lo que se puede llegar a pensar, los materiales utilizados en su instalación son realmente ligeros, por lo que no existirá una sobrecarga significativa en la estructura del inmueble.

  • Permite un ahorro económico: Al final, todas estas ventajas del Sistema SATE no serían fundamentales si no trajeran consigo un ahorro económico. Lo cierto es que su influencia es tal que permite reducir notablemente el uso de la calefacción y del aire acondicionado, lo que repercute en la factura mensual. Ayuda a aumentar el ahorro energético: Junto al económico, el energético es el otro ahorro fundamental que disfrutaremos con este sistema constructivo.

  • Habitaremos en una vivienda más fresca en verano y más cálida en invierno. No ocupa espacio: Una preocupación de muchos propietarios: ¿Perderé superficie útil en mi casa? La respuesta es no. No en vano, se coloca por el exterior, no en el interior. Aumenta la calidad de vida: Al conseguir una mejoría en la inercia térmica del interior, se consigue una estabilización de la temperatura interior, evitando bruscas caídas y subidas. Instalación sencilla: La última de las grandes ventajas del Sistema SATE. Su colocación no perturba en exceso a los propietarios, que pueden seguir disfrutando de su vivienda durante toda la obra.

Entonces, ¿Qué tipo de fachada me conviene?

A continuación, se van a comparar diferentes aspectos del sistema SATE y el de fachada ventilada, para así poder llegar a concluir cuál se podría ajustar mejor a cada caso.

En lo que a aislamiento se refiere, los dos son muy eficaces, mejorando de forma notable las características energéticas del edificio.

Es importante también recordar, llegados a este punto, que siempre que queramos aislar nuestra vivienda debemos prestar atención a la ventilación. Si la pasamos esto por alto podemos encontrarnos con una casa hermética en la que el calor o el frío se acumulen, o incluso empiece a aparecer humedad o haya un exceso de CO2 en el ambiente.

Instalación: Mientras que el sistema SATE se adosa directamente encima de la envolvente existente mediante adhesivos y sin perfilería, el sistema de fachada ventilada es más complejo de instalar. La instalación de la fachada ventilada requiere de una nueva subestructura de perfiles, para después nivelarlos y aplicar el acabado. También es muy importante realizar la instalación evitando los posibles puentes térmicos que atraviesen la cámara de aire, ya que eso supondría un fallo en la estructura a través del cual perderíamos calor en invierno y dejaríamos entrar calor en verano. Inversión económica: La complejidad de la instalación del sistema de fachada ventilada en relación con el SATE hace que la primera sea más cara.

En cuanto al mantenimiento El SATE puede durar perfectamente lo mismo que dura el propio edificio. Pero sí que es cierto que se recomiendan revisiones cada cinco años, y también cuando ocurra algún siniestro o alguna modificación en la fachada, hecha por ejemplo por la compañía telefónica. El mantenimiento suele ser estético, limpiando la suciedad acumulada durante años en la fachada. En las fachadas ventiladas, aparte de los cuidados de limpieza, también debemos evitar que la suciedad se acumule en la cámara de aire.

Estéticamente la fachada ventilada exige un cambio más profundo de la estética de la vivienda que el sistema SATE. Al tener que generar una cámara de aire, necesitamos poner paneles en la parte exterior, lo cual va a modificar el estilo de nuestra vivienda de forma significativa. Pero, de todas formas, vemos que esto es una oportunidad para innovar en lo que a estética se refiere.

Resumiendo…

A modo de resumen, mencionar que la cámara de aire funciona mejor a nivel de regeneración térmica, pero el sistema SATE es más barato y sencillo de instalar.

A nivel de mantenimiento ambos son muy parecidos, y estéticamente el sistema SATE hace más sencillo seguir la línea que el edificio tenía, pero el de fachada ventilada ofrece nuevas alternativas de diseño que pueden ser interesantes.

Ambos son sistemas muy utilizados, por lo que lo mejor para salir de dudas de forma definitiva es consultar con Grupo Garmat. La fachada ventilada es una estupenda solución ya que incorpora una mínima cámara de aire que ayuda al aislamiento térmico especialmente en verano y ofrece mucha variedad en acabados para la capa exterior. Pero el sistema S.A.T.E. representa la mejor opción en cuanto a la excelente relación calidad/precio. Para más información no dudes en ponerte en contacto con grupo Garmat

Relación entre fachada y eficiencia energética

Las fachadas eficientes son una alternativa muy actual y realmente valorada para toda clase de inmuebles de viviendas. ¿Por qué? ¿Cuál es la relación entre fachada y eficiencia energética para que este punto sea tan importante? Desde GARMAT, como grandes especialistas en este sector, vamos a aprovechar estas líneas de nuestro blog para tratar de profundizar un poco más en este tema. ¡Comenzamos!

En primer lugar, tienes que saber que la fachada forma junto con las cubiertas y los huecos de las ventanas el grupo de elementos que más contribuyen a mejorar la eficiencia energética en el interior de un edificio. Es por ello que la elección del revestimiento, el diseño del conjunto o su correcta ejecución son aspectos críticos que afectarán directamente a este hecho.

¿Sabías que el gasto de climatización y calefacción de los inmuebles se mueve entre el 40 y el 65% del total? Además, la fachada es la encargada de soportar los efectos del clima durante todo el año, aguantando toda clase de inclemencias meteorológicas. Este hecho puede llegar a convertirse clave a la hora de medir su eficiencia energética.

No es ningún secreto que durante el invierno suele ocurrir una acusada pérdida de calor y durante el verano de fresco desde el interior de las viviendas al exterior. Para tratar de equilibrar estas pérdidas y minimizarlas, es preciso llevar a cabo un diseño y gestión adecuadas en la envolvente del edificio.

Normalmente, la relación entre fachada y eficiencia energética se consigue mejorar gracias a la aplicación de soluciones como SATE, la fachada ventilada o una solución mixta de ambas.

Por ello, es normal que, en los últimos años, la rehabilitación de edificios residenciales haya experimento un auge. Pese al coste, se trata de una inversión que no tardará en rentabilizarse en muy poco tiempo, convirtiéndose en una fuente de ahorro y, de paso, reduciendo notablemente las emisiones de CO2 generadas por el propio inmueble.

En este sentido, son muchos los estudios que señalan que el ahorro en gasto de calefacción y refrigeración puede situarse en el 50%. Además, en el interior de las viviendas se disfrutará de un ambiente mucho más confortable y acogedor sin necesidad de un uso excesivo de la calefacción ni del aire acondicionado.

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