¿Por qué aislar térmicamente un edificio?

¿Por qué aislar térmicamente un edificio?
6 marzo, 2020 Grupo Garmat
aislar térmicamente un edificio

Son muchos los motivos que nos pueden llevar a aislar térmicamente un edificio. Se trata de una obra de gran importancia y envergadura para cualquier inmueble. Por lo que se debe reflexionar profundamente, conocer todos sus pros y valorarlos en su justa medida. De esta forma, conoceros sus enormes ventajas y en qué va a beneficiar a todos los propietarios una vez que esté finalizada.

Las fachadas eficientes son una de las claves para obtener un mejor comportamiento en eficiencia energética. Son muchas las comunidades que ya han apostado por ellas, disfrutando de una mejoría sobresaliente en la habitabilidad de sus viviendas. Lo mismo ocurre con empresas y oficinas, aumentando el confort interior.

Un edificio mal aislado será aquel en el que se desperdicie una gran cantidad de energía. Hay que señalar que siempre hay diferencia entre la energía utilizada y la total consumida. Cuanta mayor sea la diferencia, peor será el aislamiento térmico de un inmueble.

Además de evitar estas pérdidas, ¿por qué aislar térmicamente un edificio? Hay que señalar en primer lugar que no solo disfrutaremos nosotros esos beneficios, sino que también estaremos contribuyendo a preservar el medioambiente, ya que se reducirá la energía consumida o las emisiones de CO2.

Por qué aislar térmicamente un edificio

En este sentido el Sistema SATE se convierte en uno de nuestros mejores aliados, “envolviendo” cualquier edificio por su parte exterior para proteger y preservar las condiciones del interior, evitando que diversas agresiones climatológicas pudieran afectar al confort de las familias que viven en él.

Además, un factor que consigue posicionar tan favorablemente al Sistema SATE es que se puede instalar tanto en los inmuebles de nueva construcción como en los antiguos o en las rehabilitaciones.

¿Qué se consigue al aislar térmicamente un edificio? Pues, en primer lugar, se evita la aparición de mohos y humedades, como también las condensaciones que pudieran existir, tanto las superficiales (a la vista de todos) como las profundas (ocultas y más peligrosas). No hay que olvidar que todos estos factores pueden provocar una degradación progresiva de las condiciones de habitabilidad de una vivienda, pudiendo incluso inutilizarla en casos extremos.

Además, al potenciar el aislamiento térmico de un edificio, se estarán impidiendo la creación de puentes térmicos capaces de perjudicar las viviendas.

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